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  • Foto del escritorUniversidad Técnica de Ambato

Distanciamiento social entre murciélagos?

T. Cueva

Un estudio publicado en la revista Behavioural Ecology, descubrió que un murciélago cuando se siente enfermo cambia sus hábitos sociales distanciándose del resto como un mecanismo de protección al grupo. Se trata de un comportamiento natural que los expertos han documentado después de analizar los movimientos de una treintena de ejemplares en la selva de Belice en Centroamérica.


El estudio empezó mediante un viaje a la selva de Belice. Gerard Carter profesor de la Universidad Estatal de Ohio experto en biología de organismos, evolución y ecología, junto con su esposa y Simon Ripperger, investigador postdoctoral de la misma universidad capturaron un centenar de murciélagos vampiro (de la subfamilia Desmodontinae) de la Reserva Arqueológica Lamanai.


Se separó en dos grupos a 16 de ellas se les inyectó una sustancia que activaba el sistema inmunológico y al otro grupo se les inyectó una solución salina que hizo las veces de placebo (simulador de antibiótico).


A cada ejemplar del estudio se les instaló unos sensores de proximidad que permitía a los científicos rastrear continuamente los encuentros sociales de los murciélagos mientras duraba el efecto de las sustancias para medir el grado de interacción social, los científicos analizaron tres indicadores: con cuántos ejemplares contactaron, cuánto tiempo total pasaron con otros ejemplares y cuán conectados estaban con la comunidad. En comparación con los murciélagos de control, los ejemplares enfermos se asociaron con un total de 4 compañeros menos, y cuando contactaban, el tiempo de interacción se reducía a 25 minutos.



Para medir el grado de interacción social, los científicos analizaron tres indicadores: con cuántos ejemplares contactaron, cuánto tiempo total pasaron con otros ejemplares y cuán conectados estaban con la comunidad. En comparación con los murciélagos de control, los ejemplares enfermos se asociaron con un total de 4 compañeros menos, y cuando contactaban, el tiempo de interacción se reducía a 25 minutos.


Es importante dejar claro que este comportamiento no significa que estos animales practiquen una distancia social de forma consciente y deliberada con un fin comunitario, estas criaturas no viven en grupos estables. Los murciélagos vampiros no se comportan así, pues este comportamiento no les confiere ninguna ventaja evolutiva, explica Ripperger.



Aunque el estudio no documentó la propagación de una enfermedad real, ayudó a los investigadores predecir hasta qué punto el comportamiento ante una enfermedad puede contribuir en la propagación de un patógeno, microorganismo capaz de producir enfermedad o daño a un determinado grupo social.

Referencias:




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