“El fenómeno de las abuelas y abuelos cuidadores” es el tema de la investigación que realizó Cinthya Agila, egresada de la carrera de Trabajo Social de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad Técnica de Ambato. 300 adultos mayores que cuidaban a sus nietos de forma regular participaron en esta investigación.
El objetivo del estudio fue diagnosticar la situación actual de las abuelas y abuelos cuidadores en distintas zonas del cantón Ambato que en varios casos son vistos como padres sustitutos por permanecer mucho tiempo al cuidado de sus nietos.
De los adultos mayores encuestados más del 70% de abuelas centran sus actividades diarias al cuidado infantil y tareas de casa; mientras los abuelos ocupan su tiempo en la agricultura.
Mediante la encuesta se determinó que las principales causas para que los adultos mayores se encarguen de sus nietos son las actividades laborales, educativas y por separación de los progenitores, aunque el 20% de los abuelos admitieron su decisión de cuidar a los nietos para ser una ayuda económica en sus hijos y también para evitar el abandono familiar.
Los padres sustitutos se dan con mayor frecuencia en las zonas rurales donde los adultos mayores no tienen estudios primarios quedando bajo el cuidado de sus hijos, a diferencia de la zona urbana donde los abuelos cuentan con una pensión económica y mayor autonomía.
El rol del abuelo cuidador se presenta especialmente en familias monoparentales, de madres adolescentes y de padres con exceso de trabajo. Es en estas situaciones que el adulto mayor debe cuidar a los nietos, preparar alimentos, realizar actividades.
Según el estudio “Los abuelos/as cuidadores de sus nietos” publicado en la revista Redalyc, realizado en 2008, el papel del abuelo cuidador se da en diferentes intensidades; los abuelos cuidadores auxiliares (encargados por un tiempo corto) y los que ejercen el papel paternal sustitutorio (cuidado continuo). Es a partir de este rol que en los padres sustitutos se da el síndrome de la abuela esclava que afecta mayoritariamente a las mujeres.
El síndrome de la abuela esclava (SAE), presenta síntomas característicos de una situación de mucho estrés como sofocos, cansancio, ansiedad, tristeza, diabetes y taquicardias. De los 300 encuestados, 124 contestaron sentir sobrecarga en las actividades de cuidado, el 77 % eran mujeres. La Organización Mundial de la Salud catalogó a este síndrome como maltrato hacia la mujer.
El rol del abuelo canguro también afecta las relaciones entre el niño y sus padres, al existir un desplazamiento de las funciones de crianza y educación, responsabilidades principales de los progenitores, quienes pasan a un segundo plano como autoridad y figura paternal en la vida del infante.
En una sociedad donde las mujeres comienzan a surgir en el entorno laboral y los hombres poco se relacionan con el cuidado familiar, se crea una construcción social donde los abuelos son vistos como “padres sustitutos” por sus conocimientos, actitudes, valores, función de maestros de vida y hábitos los cuales serán transmitidos a las generaciones futuras creando un vínculo más fuerte con sus nietos que los ven como padres antes que “abuelos cuidadores” o “abuelos canguros”.
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