La sandía es un fruto de origen africano, específicamente en el desierto de Kalahari donde su desarrollo es silvestre, existen evidencias arqueológicas de su cultivo en Egipto 3 000 a.C., se expandió por las costas del río Nilo, el mar Mediterráneo y América, gracias a los europeos, quienes ayudaron a esparcir por todo el continente, transformándose así en el fruto más cultivado del mundo.
Los principales productores de sandía en el mundo son tres de los primeros países que cultivaron esta fruta en Europa, como: España, Italia y Grecia, así como: China, Japón y Turquía.
La sandía es una de las frutas con más contenido de agua en su composición, convirtiéndose en un postre refrescante y con pocas calorías, ya que aporta 30 calorías por cada 100 gramos. El nutriente principal son los hidratos de carbono, azúcares simples, debido a que contiene muy poca fibra, proteínas y grasas.
Este fruto se consume generalmente crudo. Además, se emplea para elaborar sorbetes, purés, mermeladas y confituras. En Rusia preparan un vino muy popular a partir de zumo de sandía.
El cultivo es anual, no posee tronco con tallos tiernos, flexibles, rastreros y trepadores, el fruto es climatérico, es decir, puede madurarse aún separado de la planta, contiene el 90% de agua y su sabor es dulce, de características redonda o alargada, su diámetro puede llegar a tener 30 cm, existe una gran variedad de sandías que las hace diferentes entre ellas.
En cuanto al cultivo, existen cuatro fases, la primera es la fase de emergencia: se observa las primeras hojas, la planta continúa con su desarrollo vegetativo cubriendo una gran parte del terreno. La siguiente es la floración: aparición de flores tanto masculinas como femeninas en la misma planta. Fructificación: las flores son polinizadas y los frutos pequeños se encuentran de 2 a 3 cm de su tamaño. Maduración: el fruto llega a su tamaño normal, presentando las características propias de cada variedad como su color.
Con la finalidad de evaluar la adaptabilidad de tres variedades de sandía, la carrera de ingeniería Agronómica realizó el proyecto “Adaptabilidad de tres híbridos de sandía (Citrullus lanatus) en el cantón Patate”. El trabajo se efectuó en la propiedad de la señora Paola Carrillo, localizado en el sector Quinlata, del cantón Patate, provincia de la Tungurahua.
Se preparó el suelo de forma mecánica con ayuda de una rastra para que quede bien suelto, posterior se aplicó la siembra indirecta a través de bandejas de germinación y bajo condiciones óptimas de temperatura que oscila entre 25 a 35 ºC.
Además, se realizó el trasplante cuando las plantas alcanzaron alrededor de 10 a 12 cm de altura, con un par de hojas bien formadas, a una distancia de 0.8 m entre plantas y 15 cm de profundidad en un suelo suficientemente húmedo.
El riego se efectuó con ducha en el proceso de germinación y luego del trasplante, de dos a tres veces por semana de acuerdo a las necesidades del cultivo y las condiciones climáticas. La cosecha se realizó de forma manual cuando el cultivo alcanzó su madurez, tomando en cuenta características como: la hoja más cercana al fruto o el tallo del mismo se marchita, el área del fruto que se encuentra en contacto con el suelo cambia su color de blanco a crema amarillento.
La sandía es posible cultivar en fechas donde las temperaturas se asemejen a la región Costa, manteniéndose en un rango mínimo de 15º C y máxima de 28º C en el día, o se puede realizar bajo cubiertas plásticas, de esta manera, facilitar el desarrollo del cultivo, acortando días desde la siembra hasta la cosecha, ya que a la intemperie el ciclo del cultivo dura 5 meses aproximadamente.
De los tres híbridos, el Royalthon tuvo mejor rendimiento, sin embargo, mostró un comportamiento deficiente, debido a que la temperatura y humedad del sector no se encuentra dentro del rango óptimo para el desarrollo y producción de la sandía.
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