La belleza se conforma por distintos constructos sociales y sicológicos con dependencia en la vida de cada individuo, dicho esto, la belleza resulta relativa, inexacta e inexplicable.
Sin embargo, la belleza se adorna constantemente con la infinita gama de colores divisibles para el ojo humano que, al estar sano puede poseer tres tipos de conos, lo que se conoce cómo: células fotosensibles situadas en la retina, cada uno de ellos puede registrar cerca de 100 tonalidades diferentes con lo cual se distinguen alrededor de un millón de colores.
Entonces, la percepción de los colores es sumamente subjetiva y puede cambiar en cada individuo, lo que no resta su importancia al momento de decorar o plasmar con ellos expresiones provenientes desde la intimidad de nuestros pensamientos.
La relación del color con la generación de espacios que fomenten emociones positivas o negativas es objeto de estudio por los profesionales del diseño, marketing y hasta sicólogos, quienes evalúan que tipo de sensaciones se causan alrededor de una tonalidad o de un color.
Dentro del diseño de interiores se plantea la importancia del color en espacios de estudio o de vulnerabilidad, por ejemplo: en orfanatos. En aquellas instituciones son carentes de la implementación del diseño de interiores para generar espacios de seguridad y amenos para el desarrollo.
El bienestar social de los huérfanos produce el desarrollo conductual favorable que se ve relacionado con el espacio del individuo en base al diseño de interiores pensado por y para ellos.
También el diseño juega constantemente con la gran aliada de los colores, la luz. Estas variantes al combinarse se convierten en fuentes de sensaciones para la gente, un ejemplo de aquello nace en la arquitectura religiosa en donde el diseño lumínico permite resaltar colores, pinturas, figuras y sitios con la finalidad que todo ese entorno sumerja en emociones, pensamientos y sensaciones a quienes acuden a citas religiosas en templos.
Los colores en diseño son capaces de producirnos emociones diferentes y sus combinaciones con símbolos, letras y tipologías, transmiten hasta mensajes. Sin embargo, no todos son homogéneos, pues cada uno responde al tipo de diseño existente. Estos responden al nombre de:
· Tradicional: Es uno de los estilos de diseño más antiguos y comunes, dado que está arraigado en el patrimonio y las formas tradicionales. A menudo se encuentran piezas que no han cambiado en absoluto desde que se crearon por primera vez hace cientos de años. Se tratan de piezas con estructura y simetría.
· Boho: El estilo bohemio, también conocido como Boho para la mayoría, se ha vuelto muy popular en los últimos 5 años, aunque sus raíces se remontan mucho más allá. Aquel reúne elementos naturales y orgánicos, como alatar, ratán, bambú y textiles, cuales se mezclan con colores brillantes y saturados. Es exótico y distinto.
· Orgánico: Es neutral, atractivo y casual. Se relaciona con lo moderno en su estética limpia, pero empleando textiles y texturas neutras. Así genera interés, sin necesidad de introducir colores adicionales. En este estilo se encuentra mucha madera de tonos claros, mezclados con iluminación icónica hecha en negro, latón y cromo.
· Ecléctico: A todos los efectos, esto podría llamarse el primo más refinado del estilo Boho. Tiene muchas similitudes en cuanto al uso de elementos de la naturaleza, los combos de colores y la estética. Sin embargo, las piezas son menos orgánicas y más estilizadas. Las habitaciones eclécticas podrían llenarse de piezas icónicas de casi todos los estilos, y cuando se hace bien, todo funciona en conjunto.
· Moderno: En el extremo opuesto del espectro de los estilos Boho y Ecléctico, se encuentra el estilo moderno. Muchas personas sienten que lo moderno puede ser frío, descarnado y estéril. Pero, en realidad, el estilo moderno está muy arraigado en las formas cuadradas. No hay adornos adicionales, y por lo general, el estilo tiene una paleta de colores neutral.
· Masía moderna: Este estilo se ha popularizado durante los últimos 5 años, pues usa una gran cantidad de objetos de segunda mano, pero reunidos de una manera más moderna y refinada. Tiende a ser acogedor y transmitir comodidad.
Aunque los estilos del diseño de interiores cambien y evolucionen constantemente, parten de una base. Así logra transmitir determinadas emociones, y servir para distintos propósitos. El uso del color y la luz es primordial para esto.
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