El teatro y el cine nos llevan a mundos llenos de magia, fantasía, felicidad, tristeza y son capaces de representar las distintas cotidianidades en diferentes escenarios, con personajes coloridos o lúgubres, héroes y antagonistas, quienes toman vida gracias al volumen de su voz, la expresión de su rostro acorde a su personaje y finalmente a los ojos de la audiencia se muestran con la vestimenta adecuada para hacer vivir al espectador, una experiencia única.
La vestimenta de cada actor vive una historia aparte y se conforma por etapas, teniendo como punto de partida para su elaboración, reuniones con la dirección para conocer su visión total de la película así como colores, características y ambiente general de la obra.
Tras este primer encuentro, el diseñador tiene el deber de leer la obra en su totalidad y entenderla para de a poco ir plasmando sus primeras ideas en bocetos, que se convertirán en propuestas para el director tomando en cuenta atributos físicos y sicológicos de cada personaje.
Luego de esta etapa, el profesional a cargo del diseño del vestuario escénico o icónico, procede a conocer al casting. Se toman fotografías de cada actor y se pone especial atención en su rostro, manos, pies y se toman las medidas para tener claro las dimensiones del vestuario. Con esta información se realiza el segundo boceto, mismo que juagará con colores, extravagancia, texturas y formas.
Una vez presentados los bocetos pertenecientes a cada personaje y aprobados por la dirección, se pone manos a la obra en la elaboración de cada traje, que finalmente será sometido a pruebas de luz, de espacio y comodidad para sus portantes tomando en cuenta las correcciones respectivas.
“El proceso es apasionante. Te enamoras de cada personaje, lo entiendes, lo vives” señala Nicole Naranjo, especialista es vestuario de fantasía y graduada de la Universidad Técnica de Ambato. Además añade que es un arte silencioso que termina por convertirse muchas veces en la estrella del escenario.
Y es que varios son los trabajos que han marcado el mundo del cine y el teatro, por ejemplo el famoso traje de Darth Vader de la reconocida ‘Star Wars’, John Mollo su diseñador, se inspiró en los trajes nazis con ciertos detalles de motociclistas para dar vida a su confección que costó más de mil dólares.
Otro ejemplo viene de ‘Alicia en el País de las Maravillas’, cinta que se hizo del Oscar en el 2010 gracias al personaje del “Sombrerero Loco”, por mejor vestuario.
El teatro es un arte que explora la condición humana y tiene la capacidad de mostrar sus mejores y peores lados, mediante historias constituidas por diálogos entre personajes.
Su origen deviene de las danzas del hombre primitivo alrededor del fuego, que ha evolucionado hasta lo que hoy se conoce como cine.
No obstante, comenzar a ver películas u obras teatrales de forma más crítica, requiere aprender sobre las herramientas empleadas en la creación de estos productos. Tal como la literatura identifica símiles, metáforas y símbolos; o como la pintura reconoce las pinceladas, la elección del color y la composición; para comprender las artes escénicas es necesario conocer los elementos teatrales y su influencia en las audiencias.
Cada uno de estos responden al guion escrito que engloba la historia que el dramaturgo, su creador, quiere contar al público. Así es como se eligen a los actores, encargados de representar la obra mediante escenas y acciones; el maquillaje, cual permite acentuar las cualidades del personaje; la escenografía, serie de decorados que sirven para ambientar la historia; la iluminación; el sonido, compuesto por música o efectos sonoros elementales para comprender la trama; y el vestuario, elemento primordial que comunica y refuerza detalles de la personalidad del personaje.
Lo cierto es que el vestuario es vital para conseguir un personaje entrañable y que trascienda a través del tiempo.
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